Será aquí mi humedad, mi idiolecto, mi lengua húmeda. Nuestra humedad, el español, la lengua nuestra.
La Humedad, la lengua toda, el músculo de lo humano, peregrinaje de babas:

toda ella, la lengua, soporte de nuestra humanidad, húmeda mortandad, toda ella, imperecedera: la Lengua Húmeda.

Fuera sus rosarios de nuestros ovarios


Cuentas diez rosarios en mi ovario las deshice en mi primer aborto natural
ahí cayó en la sangre la oración de las vírgenes preñadas
el castigo del pecado original se fue manzana en el retrete que parieron los dolores noche de mi excomulgación
antes de pactar en el atrio desamparo
la segunda vez que decisión pulverizó el castigo de las cuentas madre
firmé un papel donde acepté mi muerte
carta de renuncia a dios y a satanás en la oficina clandestina de la Viga
abrí mis piernas y aleteé mi libertad en los caudales de una aspiradora
colmé mi útero de despedidas a los sinos de la menstruación
sangre cíclica y destino los vertí en las claúsulas del vaticano
y sus cimientos ginocidas
la tercera vez
ahí inscribí mi voluntad sobre las leyes de los tantos malnacidos
mi sangre atea derramé en las cruces del quirófano
abierta por pastillas de emergencia en un parir abrupto
pública renuncia a dios ante el juzgado de la ley cristiana
la di a luz contra maternidad de la ceguera
cambié el rosario por la cruz metálica intrauterina
y me invadí las trompas de resortes y un par de hilos
apenas regresé del inframundo de las anestesias
libre de las cuentas con mis óvulos engarcé un collar de perlas
y recité un par de aves de esterilidad a las matrices de las hordas de provida
fuera sus rosarios de la cueva donde habitan mis ovarios
guardo mi matriz atea y mi vagina en el agnosticismo.