Toda posibilidad el tiempo mecido en un columpio:
así apareció la primera vez,
la voluntad
bañada por las aguas del leteo
y el arrepentimiento.
Sí, lo recuerdo bien,
oscilaban las cuerdas del decir,
en la garganta afónica del indeciso:
fue uno que llamaron dios y luego hombre;
el primero forjó el devenir,
el segundo la memoria.
Siempre he supuesto aprensión de ello.
Y qué difícil hubiese sido para ambos,
mediante un punto final en sus creaciones,
darse pasado intacto el mortal,
infinito estático el otro.
Será aquí mi humedad, mi idiolecto, mi lengua húmeda. Nuestra humedad, el español, la lengua nuestra.
La Humedad, la lengua toda, el músculo de lo humano, peregrinaje de babas:
toda ella, la lengua, soporte de nuestra humanidad, húmeda mortandad, toda ella, imperecedera: la Lengua Húmeda.
Péndulo
Poemario
Ocio del Hipotálamo