Será aquí mi humedad, mi idiolecto, mi lengua húmeda. Nuestra humedad, el español, la lengua nuestra.
La Humedad, la lengua toda, el músculo de lo humano, peregrinaje de babas:

toda ella, la lengua, soporte de nuestra humanidad, húmeda mortandad, toda ella, imperecedera: la Lengua Húmeda.

Fonético

Como bien pretendió el filósofo,
esclarecer el étimos del nombre divino,
con la repetición aérea de Hera,
hay quien ahora percibe
la consumación de un esfuerzo criptográfico
en la siguiente sucesión
—ideada, al parecer, con fines políticos
a mediados del siglo quinto en Atenas—:
“ede, ide, kai, te…te, te…kai, kai…kai,
oûde…medé, oûte…oûte,
mete…mete, eita, epenta".
Hay otros, sin embargo,
que a partir del psicoanálisis
—al margen de la fonética romance
posterior al invento de la lengua helada
que vio nacer al pater—,
encuentran en ella un tono erótico,
que bien podría ser
la dubitación de un adolescente
justo antes de dar comienzo
al acto carnal.