Alzadas las horas hacia una escalinata,
en cuya cima la voluntad persigue
nubes para olvidar la gravedad,
el horizonte del día se difumina
y el presente,
—como plumas que caen en las terrazas—,
declina su vigencia para observar
el talón de una flexión primera.
Así por la cuesta,
sólo el mañana sustenta al tiempo,
y el estilo del deseo
persiste en pescar otro escalón,
hacia la dimensión infinita de uno mismo.
Será aquí mi humedad, mi idiolecto, mi lengua húmeda. Nuestra humedad, el español, la lengua nuestra.
La Humedad, la lengua toda, el músculo de lo humano, peregrinaje de babas:
toda ella, la lengua, soporte de nuestra humanidad, húmeda mortandad, toda ella, imperecedera: la Lengua Húmeda.
Escalinata
Poemario
Délficos