Será aquí mi humedad, mi idiolecto, mi lengua húmeda. Nuestra humedad, el español, la lengua nuestra.
La Humedad, la lengua toda, el músculo de lo humano, peregrinaje de babas:

toda ella, la lengua, soporte de nuestra humanidad, húmeda mortandad, toda ella, imperecedera: la Lengua Húmeda.

De estrépitos y agonías

Quisiera ser luna menguante
ser bizca en los ojos de mi drama interno
tenerlo bajo sienes ligero, entre los dientes
mi estrépito deseo de acaecerme entre risas
la locura de mi adusto cuestionar
la respuesta que no existe y mi ironía
agua fría,
balde en balde de tanto esperar.
Sobre todo cuando el cielo escupe ranas
y las flores como lianas se me enredan en los pies
me detengo en seco la sombra y canto un himno
de revez,
ancas de sapo despejo mi mente
y en un brinco me atrevo al prejucio
de reir,
liberando mi anhelo de orden
tormenta que esconde mi miedo a sufrir:
el sol pega un rayo transeunte cercano
loco se aleja, loco de susto
por tremenda carcajada y mira al suelo,
apenas salta una linda margarita
y yo en un estatismo
que parece que hay un dios que me mira.
Y en efecto un demonio me ha obsequiado una cosquilla
mental o sensible, qué se yo de dedos cósmicos,
silente, hermosa prórroga del habla,
surge altiva en la otra orilla
otra rosa que también es liana
se entabla,
el combate entre la vida y mi alma
lo absurdo se postra, mi lenguaje musita
un terror alabanza, la garganta
se entibia, fluye un aire
vientre gaita, y más allá del habla
entre el cielo y el concreto
centro erigo, una risa distinta
a la de ayer hace una hora
cuando una negra mariposa,
y yo que había soñado muerte,
se ahogó en la fuente de la plaza
ay destino clemente,
que la ví
exhalando un aire de burbujas
me reí diez veces en mis pasos
y hoy me muero mariposa
justamente por reír.