Inclinada hacia el olvido,
lo cual presupone
en símil de gravitación y tiempo
identidad con el presente
y los pies en la tierra,
canto a la orilla de las horas.
Hoy,
despostillado y yo sin más
soy sólo desde el instante
una partida.
Ya descreída de prórrogas
confieso estatismo abierto
descreo la espera del recuerdo, e inmóvil
confío a ciegas en la ausencia.
Ésta, nunca ahí,
me sostiene ajena al sentir perecedero.
Yo ya no recuerdo un orden, menos diez,
tampoco la inmanencia,
desdibujada incluso en los retratos.
Y ya sospecho una locura de ello
ya una mustia rebeldía,
ambas nacidas de necias tácticas
las más
de evasión astuta.
Y no me arrepiento ahora,
mi ser es aquí un mandato
a ser aquí sin más acto
que ser aquí sin más. Punto.
Será aquí mi humedad, mi idiolecto, mi lengua húmeda. Nuestra humedad, el español, la lengua nuestra.
La Humedad, la lengua toda, el músculo de lo humano, peregrinaje de babas:
toda ella, la lengua, soporte de nuestra humanidad, húmeda mortandad, toda ella, imperecedera: la Lengua Húmeda.
Sin más
Poemario
Ocio del Hipotálamo